Pentagram » Plasticidad neuronal: nuestro cerebro en permanente transformación

Blog

Plasticidad neuronal: nuestro cerebro en permanente transformación

Tú acción, tu emocionar, está afectando tu cerebro, manteniendo o restringiendo sus posibilidades de desarrollo.

a plasticidad neuronal es una noción que ha ido ganando terreno en el mundo de la neurociencia.  Ha surgido de las evidencias que nos muestran que nuestro cerebro está en permanente proceso de transformación, a lo largo de toda su vida. De manera constante, nuestro sistema nervioso central está generando nuevas redes neuronales, incrementando el volumen de su “materia gris” o tejido inteligente, e inclusive, recuperando una porción de tejido dañado, gracias a las células madres producidas por la médula roja de nuestros huesos. Cada uno de nosotros, mediante nuestras prácticas, podemos facilitar este vital proceso.

Mediante el uso de nuevas tecnologías (como la resonancia magnética nuclear funcional de alta definición)  y el desarrollo de metodologías que se basan en la capacidad de los sujetos que participan en las investigaciones de ir reportando “en el aquí y ahora” las experiencias que están viviendo en el laboratorio, los investigadores han podido ir registrando las correlaciones que existen entre nuestra experiencia y el funcionamiento de nuestro cerebro.

Un fructífero camino de investigación, que surgió con el liderazgo desplegado por Francisco Varela y los participantes del Mind and Life Institute (siendo éste uno de sus creadores),  nació de la colaboración entre algunos monjes budistas tibetanos y neurocientíficos.  Cada monje budista se ha entrenado durante décadas en la producción de ciertos estados mentales específicos, a partir de refinadas prácticas de meditación  y de la observación detallada de la experiencia cognitiva-emocional asociada a estas prácticas.  Esta capacidad forma parte de su milenaria tradición, dado que ellos consideran que el logro de su propósito espiritual está asociado a su desarrollo mental.  Los científicos han introducido a los lamas en los resonadores (RMNF) y han ido observando la actividad neuronal asociada a los distintos estados mentales que ellos pueden producir a partir de sus prácticas de meditación.  De este modo, el investigador Richard Davidson, ha observado por ejemplo, cómo el estado cognitivo-emocional de la compasión está asociado a un espectacular aumento de la actividad eléctrica gama del gyrus frontal intermedio izquierdo, un área del cerebro que la investigación previa de Davidson había determinado como uno de los asientos de las emociones positivas.

Otro ejemplo extraordinario, que me produjo un gran impacto, fue el de Terry Wallis, quien despertó 19 años después de su estado de pérdida de consciencia sufrido a causa de un accidente. Una mañana, reconoció a su madre mientras esta ingresaba a su habitación y balbuceo su nombre.  Los científicos creen que las células madres, qué produce la medula roja de nuestros huesos, juegan un rol fundamental entre otros, en la reparación de tejido nervioso dañado.

Nuestro cerebro no es un órgano rígido, que tiene una cantidad de neuronas determinada y que se van muriendo progresivamente con el tiempo, como lo afirmaban los especialistas hace menos de una década.  Este, puede ir desarrollándose y regenerándose permanentemente, hasta en nuestra vejez, dependiendo de nuestras prácticas recurrentes, de nuestro estilo de relación con el mundo. Cada aprendizaje nuevo está asociado a un cambio en nuestro cerebro, una nueva red neuronal que se constituye. Tú acción, tu emocionar, está afectando tu cerebro, manteniendo o restringiendo sus posibilidades de desarrollo. El cultivo de la concentración y de la memoria, la práctica de la meditación, el deporte, disfrutar las relaciones de colaboración y de amistad de manera cotidiana, el estar en permanentes experiencias de aprendizaje,  son algunas de las acciones que promueven su desarrollo y su salud.

Imagen: http://www.geotauaisay.com
Top
Top